Hace meses veníamos preparando algo especial: una campaña para el Día del Medio Ambiente, pensada con humor, cuidado y mucha dedicación.
Junto a Manuela da Silveira adaptamos su personaje DOLORES porque queríamos hablar de reciclaje desde otro lugar. Más cercano. Más liviano. Más nuestro.
Estaba todo listo. Hasta que, pocos días antes del lanzamiento, se borró todo. Una falla técnica. El disco dañado. Ningún respaldo posible. Nada se pudo recuperar. Y así, en un instante, se fue la campaña. El contenido. El esfuerzo. Las expectativas.
Fue frustrante, claro. Muy frustrante. Pero también fue un momento bisagra. Porque nos obligó a pausar. A respirar. Y a volver a mirar dónde está, en realidad, el impacto.
Y el impacto está ahí:
Está en cada decisión que tomamos
Está en el equipo que tenemos
En cada empresa que se suma.
En cada colegio que se anima a educar distinto.
En cada niño que se convierte en líder ambiental y contagia a sus amigos y familia.
En las miles de toneladas de residuos que evitamos que terminen en Felipe Cardoso.
En los materiales que vuelven a circular.
En los clasificadores que dejaron de trabajar en la informalidad y hoy tienen un trabajo digno, seguro y valorado.
Perdimos todo. Pero ganamos volver a conectar con el propósito. Con lo que hacemos. Con por qué lo hacemos. Y con quienes lo hacemos. Porque a veces perderlo todo… Es la forma más honesta de recordar lo que realmente importa.
Mirá el video acá: https://drive.google.com/file/d/1jhYfXJWN86w0b3CesDr-7n9tYvYei5bM/view